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Desconfío de los escritores que no empezaron haciendo versos
4/Dic/2012
¿Cómo se empieza a escribir? ¿Quién es un escritor? El argentino Abelardo Castillo, Premio Internacional de Autores Contemporáneos de la UNESCO, en su libro “Ser escritor” (Seix Barral), sostiene una postura tajante sobre los escritores y la poesía.
“Desconfío de los escritores que no empezaron haciendo versos. Leopoldo Marechal solía recordar que, para Aristóteles, todos los géneros de la literatura son géneros de la poesía, y Ray Bradbury aconseja leer todos los días un poema antes de ponerse a escribir un cuento o una novela. Todo escritor verdadero es esencialmente un poeta. Ser poeta no significa escribir en verso, ni el puro acto mecánico de versificar garantiza la poesía.
Cuando uno dice “poeta” piensa en Góngora, en Machado, en Lorca, en Neruda, en Vallejo. Son, digamos, poetas en estado puro. Pero hay otro tipo de escritor que llega a los versos a través de la prosa, como Borges, como Quevedo, incluso como Poe. Y hay todavía un tercer tipo, el gran prosista, que no puede escribir versos, aunque seguramente empezó haciéndolo en su adolescencia. William Faulkner le confesaba a Jean Steen: “Soy un poeta malogrado. Quizás todo novelista quiere escribir primero poesía y descubre que no puede, y entonces intenta escribir cuentos, que es la forma más exigente después de la poesía, y, al fracasar, sólo entonces se dedica a escribir novelas.”
La poesía no es una manera de escribir, es más bien un modo de vivir, de percibir el mundo.”
El texto completo está publicado en “Ser escritor” de Abelardo Castillo (Editorial Seix Barral).
La carne en el tintero
21/Sep/2012
A veces los alumnos de la ECH sienten que escribir es un gran esfuerzo. Compartimos, para daros ánimo, las sensaciones sobre el esfuerzo en la escritura de dos grandes hombres de las letras: Dostoyevski al terminar Los Karamázov y Tólstoi al mojar la pluma en el tintero.
El dolor y el esfuerzo del alma
“No puedes ni imaginar lo escalofriantemente ocupado que estoy, de día y de noche: ¡es un trabajo duro de verdad! Estoy acabando los Karamázov y por tanto repasando toda la obra, que me es muy querida, pues he puesto en ella mucho de mi persona. Por lo general trabajo en estado de nerviosismo, con dolor y el esfuerzo del alma. Cada vez que escribo me pongo físicamente enfermo. Y ahora tengo que resumir todo lo que he meditado, recogido y escrito en los últimos tres año. Debo hacer que esta obra sea buena, cuesto lo que cueste, o al menos todo lo buena que yo pueda hacerla. No sé cómo puede escribir nadie a gran velocidad y solo por ganar dinero. Ha llegado el momento de acabar la novela y sin más demora. Te costará creerme, pero hay más de un capítulo, para el que llevo tomando notas estos tres años, que me he visto obligado a rechazar tras escribirlo, y he tenido que empezarlo desde el principio. Solo algunos pasajes sueltos, nacidos directamente del entusiasmo, han quedado sin tocar y en su primera versión; todo lo demás es trabajo duro…”
Fiódor Dostoyevski, carta a I. S. Aksakov (28 de agosto de 1880), Letters (1914).
La carne en el tintero
Tolstói habló con exasperación acerca de la escritura como profesión. Dijo: “Uno solo debería escribir cuando cada vez que moja la pluma se deja un pedazo de carne en el tintero”.
Los textos están publicados en el libro “Los novelistas en la novela”, de Miriam Allott, Ediciones Universidad Cantabria, 2011.
El breve consejo de Juan Carlos Onetti
3/May/2012
Juan Carlos Onetti nació en Montevideo, Uruguay, en 1909 y murió en Madrid en 1994. Entremedio se convirtió en uno de los grandes escritores de su tiempo y de los tiempos que lo predecerían. Escribió relatos y novelas, entre ellas “La vida breve”, “Cuando entonces”, “Cuando ya no importe”. Ganó varios premios, entre ellos el Cervantes.
Cuando se le preguntó acerca de sus fórmulas para escribir, seguramente cansando, fue muy breve y directo.
“Para escribir bien, no sirve leer, no sirve fumar, no sirve el alcohol, no sirve dormir, no sirve caminar, no sirve hacer el amor, no sirve sufrir. Lo único que sirve es escribir”.
Los 12 consejos de Roberto Bolaño
29/Mar/2012
Roberto Bolaño, el gran escritor chileno, premio Herralde 1998 y Rómulo Gallegos 1999, escribió 12 consejos sobre el arte de escribir cuentos. ¿Puede enseñarnos algo de todo lo que supo en sólo 12 puntos? Quizá no todo, pero sí algunos de sus principios.
“Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos.
1. Nunca abordes los cuentos de uno en uno, honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte.
2. Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.
3. Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes.
4. Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.
5. Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.
6. Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.
7. Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval!
8. Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.
9. La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra.
10. Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.
11. Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas.
12. Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo.”
Roberto Bolaño, 1997.
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